La mitología adquiere cuerpo. Te engancha, te envuelve, te hace partícipe de un mundo del que no te quieres apartar. Siegfried es un cómic del autor francés Alex Alice, libremente inspirado en el cantar de los Nibelungos, que desarrolla el mito de Sigfrido y el dragón. Hacía años que no disfrutaba tanto de un cómic, tanto desde el aspecto estético como argumental.
Estéticamente porque Alex Alice consigue una experiencia casi cinematográfica. Cada hoja doble, el modo como están compuestas, te sumerge en la ensoñación. Estás inmerso en un paisaje dominado por gigantes, en lo más profundo del bosque, rodeado de nieve, compartiendo espacio con lobos, sufriendo la ira de Odín.
Desde el guión porque leyendo estas páginas uno puede llegar a comprender por qué el ser humano ha compuesto las mitologías; para explicar el universo, cómo se han formado las montañas, el río, el bosque; como un inmenso engranaje. Cada personaje cuenta con su papel definido, con su cometido en el gran discurrir del mundo. Cada ser alberga su lógica, las relaciones se desarrollan mediante cauces algorítmicos. Por eso las obras mitológicas llegan a esa calidad estructural; por eso Edipo Rey es una obra maestra, El señor de los anillos es lo que es, así como Juego de Tronos. Tienen su estructura subyacente, la realidad es la que es de acuerdo a esa estructura. Existe el hielo, el fuego. Existe la magia como lo que da orden al conjunto. A la vez como lo que desordena, pero hay quien dedica toda su vida al estudio para controlarla. Otorga confianza, uno se siente seguro entre sus páginas, sus películas y sus series, porque el devenir no es complejo, abigarrado, sino entendible, asible.
Siegfried es el drama mitológico que aspira a acabar con las mitologías. Afuera dioses, el futuro es el humanismo. El universo ya no es un engranaje, lo desarrollamos nosotros mismos con nuestros actos.
Al final todas estas historias acaban en lo mismo, en la idea de destino, en el devenir, y uno puede comprender ese devenir porque todo se desarrolla como un engranaje. Las grandes tragedias se componen a partir de las contradicciones, de las vueltas de tuerca de esas conexiones lógicas; como Edipo que por lor de la infalibilidad de las palabras del oráculo mata a su padre y se casa con su madre.
Leyendo a Siegfried esto se comprende. Existe la lógica, la ley de Odín. Por la palabra de Odín el universo escapa al caos, evoluciona como un reloj, predecible, previsible. Pero a la vez existe una liberación, encarnada en el propio protagonista, en Sigfrido. Es el gran héroe humano, el Prometeo que entrega el fuego a los hombres, aquel que se desprende del mundo de los dioses y otorga a los seres humanos la libertad. Siegfried, de Alex Alice, es el drama mitológico que aspira a acabar con las mitologías. Afuera dioses, el futuro es el humanismo. El universo ya no es un engranaje, lo desarrollamos nosotros mismos con nuestros actos.