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Amor sin adjetivos

Brokeback Mountain ★★★★★ | Una intensa historia de amor condenada al fracaso por la violenta homofobia de la norteamérica rural de los 60.

Heath Ledger (Ennis Del Mar) y Jake Gyllenhaal (Jack Twist), en un fotograma del filme.

A la tentación de etiquetar, por la vía del cliché, no suele resistirse la prensa generalista, y menos aún los telediarios y demás programas televisivos contenedores de microespacios sobre cine. Tal reduccionista tendencia se fija en un aspecto concreto de un filme y, a fuerza de repetirlo machaconamente, encajona la película bajo el corsé de una o varias ideas trilladas. Brokeback Mountain, absurdamente apostillada en castellano como En terreno vedado, ha sido ya catalogada como una polémica historia de amor entre dos cowboys gays. Aunque no es incierta, esta aseveración simplifica una rotunda película y margina otros de sus asuntos argumentales, no menos cruciales en el desarrollo del relato.

Para mí, la película de Ang Lee —basada en el relato de Annie Proux— es, esencialmente, una intensa historia de amor condenada al fracaso por la violenta homofobia de la norteamérica rural de los 60. El elemento de la igualdad de sexos entre los protagonistas es el infranqueable obstáculo de los enamorados, y es lo que, en nuestras aparentes sociedades evolucionadas, hace la historia novedosa. Y también atrayente, al situar el obstáculo insalvable para la pareja en ese elemento, y no en otros de corte social, clasista, moral o de raza como en incontables ejemplos del cine y la literatura (La edad de la inocencia o Los puentes de Madison, por poner dos casos). Se añade otro muro a la relación por la extracción social de ambos, rudos hombres de campo embebidos en la idea de la virilidad masculina y en el infalible modelo de la familia tradicional como fuente de felicidad.

Narración pausada en la que los silencios, las miradas y los gestos significan mucho más que el lenguaje verbalizado

Y también revisa el gran mito del Oeste americano y eso, a tenor de la legión de filmes destinados a glorificar esta idea, convierte a la historia en valiente y rompedora. Pero su afán rupturista habría pasado inadvertido sin una sólida historia de fondo, sin unos personajes cuya carga de realidad emana de un profundo conocimiento de ese mundo (la escritora se pateó el Wyoming rural sobre el que ambientó su relato) y, en última instancia, sin el poder dramático de varias escenas de un filme soberbio. El escrupuloso respeto de Lee al material heredado, las buenas interpretaciones de dos jóvenes pero prometedores actores (Heath Ledger y Jake Gyllenhaal) y una fotografía propia de las más bellas postales campestres americanas terminan por bordar uno de los mejores dramas del año.

Brokeback Mountain es el lugar del bautismo amoroso entre Ennis del Mar (Ledger) y Jack Twist (Gyllenhaal), y el espacio sentimental en el que sus vidas quedaron indeleblemente marcadas después de que ambos trabajaran allí como pastores en el verano de 1963. Tras ese primer encuentro nacido de la soledad, un inicial desfogue sexual y una amistad convertida con el tiempo en verdadero amor, ambos encaminarán sus vidas por fórmulas convencionales. Se casarán y tendrán hijos, trabajarán para mantener a sus familias, pero a los dos les acompañará el recuerdo de la felicidad vivida en Brokeback. Así, el reencuentro de ambos cuatro años más tarde dará paso a una larga relación basada en encuentros furtivos por las laderas de Brokeback. Por miedo a una sociedad hostil con la homosexualidad o por la propia educación homófoba de ambos (en especial de Ennis), su amor quedará condenado a la clandestinidad. Asumirán mientras puedan sus respectivos roles sociales y arrinconarán sus momentos de felicidad íntima y sincera a sus contados encuentros por Brokeback.

El filme de Lee resulta interesante más por lo que sugiere que por lo que narra explícitamente. Por esa narración pausada en la que los silencios, las miradas y los gestos significan mucho más que el lenguaje verbalizado. Buen ejemplo de ello se halla en la escena de mayor calibre dramático del filme, cuando Ennis visita la casa de los padres de Jack y entre los tres se establece una comunicación de la que se infieren tensión  y ternura  sin que apenas medie palabra entre ellos.

Me sorprende que esta bella historia sobre un amor imposible haya podido escandalizar o sorprender por sus connotaciones homosexuales hoy día. Quizá no seamos tan tolerantes como creíamos y aún nos falte un punto de comprensión para ver con naturalidad las relaciones distintas al canon heterosexual.

Dirección: Ang Lee. / País: USA. / Año: 2005. / Duración: 134 min. / Género: Drama. / Interpretación: Heath Ledger (Ennis Del Mar), Jake Gyllenhaal (Jack Twist), Linda Cardellini (Cassie), Anna Faris (Lashawn Malone), Anne Hathaway (Lureen Newsome), Michelle Williams (Alma), Randy Quaid (Joe Aguirre), Kate Mara (Alma Jr.). / Guión: Larry McMurtry y Diana Ossana; basado en un relato de Annie Proulx. / Producción: Diana Ossana y James Schamus. / Música: Gustavo Santaolalla. / Fotografía: Rodrigo Prieto. / Montaje: Geraldine Peroni y Dylan Tichenor. / Diseño de producción: Judy Becker. / Vestuario: Marit Allen. / Estreno en España: 20 Enero 2006.

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