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Enterprise: 1977 y 1978 LPs

Josep Llobell i Oliver pensó en la nave galáctica Enterprise y le encargó a un músico del estudio el logo de la banda, que está inspirado en el grupo musical Chicago.

Portadas de los LPs de 1977 (izqda.) y 1978.

Detrás del grupo Enterprise está Josep Llobell i Oliver. Músico, ingeniero de sonido, mezclador, productor e imaginario de un mundo musical fantástico plasmado en unos cuantos discos propios y una extensa galería de aportaciones a diversos artistas de nuestro país. Durante años, cantantes y grupos, en su mayoría del sello Belter, se han beneficiado con el éxito debido, en parte, a los magníficos arreglos del maestro.

Selección de temas de Barry White, Chick Corea, los sempiternos Beatles, sonidos calientes y hits, tocados por Llobell junto a los músicos de estudio en nómina de Belter.

En 1975 recibe el encargo del director artístico de Belter para elaborar un disco de estudio con suficiente presupuesto. Es su primera empresa y para ello piensa en la nave galáctica Enterprise y le encarga a un músico del estudio el logo del grupo, que está inspirado en el grupo musical Chicago. Selecciona los temas: Barry White, Chick Corea, los sempiternos Beatles, sonidos calientes y hits conocidos tocados por Llobell junto a los músicos de estudio en nómina de Belter. Javier Cubedo, Enrique Tudela, Gabriel Martínez, Kitflus, Ricard Roda, etc. que aportan lo mejor de sí mismos para un magnifico primer disco al que seguirán otros 3 más, uno por año, en los que se incluyen composiciones propias del grupo junto a hits internacionales que ya forman parte de la maravillosa librería musical de nuestro país que no ha tenido todo el reconocimiento que merece: García Segura, Santisteban, Calderón, Pepe Nieto, José Solà, Manolo Gas, Adolfo Waitzman y Algueró se unen a Ramón Farrán, Miguel Ramos, Albert Peter, Jaume Cristau, Josep Llobell y tantos otros con discos editados en la década de los ‘70.

Josep ha sido inagotable, durante muchos años ha influido en la carrera de solistas y grupos, modernizando su sonido, Manolo Escobar, Peret, Junco, arreglos y producciones para Marfil, Bachelli, Ana Reverte, incluso grandes de la movida y el rock como Burning o el Ultimo de la Fila.

Josep Llobell i Oliver

Cantantes y grupos, en su mayoría del sello Belter, se han beneficiado con el éxito debido en parte a los magníficos arreglos del maestro.

Músico, ingeniero de sonido, mezclador, productor e imaginario de un mundo musical fantástico plasmado en unos cuantos discos propios y una extensa galería de aportaciones a diversos artistas de nuestro país. Durante años, cantantes y grupos, en su mayoría del sello Belter, se han beneficiado con el éxito debido en parte a los magníficos arreglos del maestro. Porque sí, hay que reconocer al que lo hace bien y Josep es un artista en su trabajo. Pero como todas las historias esta también tiene un comienzo. Nos situamos en Barcelona, en los inicios de la década de los 60, de familia de sastres, Josep prefiere dedicarse a la música y estudia saxófono y solfeo en el Conservatorio Superior de Música, y para mantenerse, trabaja por las tardes en una pequeña tienda de reparación de amplificadores de audio. Un día ve un anuncio en que se busca un técnico de grabación y se presenta. Es así como un joven Llobell, da sus primeros pasos en la industria musical, por las mañanas acudiendo a la sede de la EMI y por las tardes dando rienda suelta a su vocación de músico a los metales con el grupo de garaje beat Los Gatos Negros. Tiene 18 años y un futuro prometedor, tras 2 epés con el grupo pasa un breve periodo de tiempo con el Golden Quartet con los que grabará 3 epés y al año siguiente tiene que cumplir con el deber militar que tantos grupos disolvió.

A la vuelta de la mili ha trazado ya una hoja de ruta que espera cumplir. A las órdenes de Jose Luís Perpiñá trabaja durante dos años en la cortadora de discos de vinilo de EMI y más tarde ya en el estudio, como técnico de sonido, realizando maquetas y grabaciones,  hasta que un golpe de fortuna se une a su calidad técnica y cambia de empresa discográfica, recalando como técnico en la compañía nacional Belter, que experimentará un extraordinario crecimiento en las postrimerías de la década hasta la primera mitad de los años 70. Es en esta etapa donde Josep participa activamente tanto como arreglista y productor como músico de estudio para la compañía. Para entonces, los teclados y las maquinitas electrónicas le fascinan. Autodidacta, se compra un Roland de segunda mano y más tarde un Korg M1 y empieza a experimentar con los sonidos del sintetizador.

En 1975 recibe el encargo del director artístico del sello para elaborar un disco de estudio con suficiente presupuesto. Es su primera empresa y para ello piensa en la nave galáctica Enterprise y le encarga a un músico del estudio el logo del grupo, que está inspirado en el grupo musical Chicago. Selecciona los temas, Barry White, Chick Corea, los sempiternos Beatles, sonidos calientes y hits conocidos tocados por Llobell junto a los músicos de estudio en nómina de Belter. Javier Cubedo, Enrique Tudela, Gabriel Martínez, Kitflus, Ricard Roda, etc. que aportan lo mejor de sí mismos para un magnifico primer disco al que seguirán otros 3 más, uno por año, en los que se incluyen composiciones propias del grupo junto a hits internacionales que ya forman parte de la maravillosa librería musical de nuestro país que no ha tenido todo el reconocimiento que merece, García Segura, Santisteban, Calderón, Pepe Nieto, José Solà, Manolo Gas, Adolfo Waitzman y Algueró se unen a Ramón Farrán,  Miguel Ramos, Albert Peter, Jaume Cristau, Josep Llobell y tantos otros con discos editados en la década de los 70 que aconsejo escuchar con intensidad si la fortuna y el dinero nos permiten adquirirlos, por ser discos en su mayoría de escasa tirada y alto precio, muy buscados por dj’s y coleccionistas del género de todo el mundo.

En 1979 recibe el encargo de Ariola para realizar un disco de música moderna de ambiente galáctico con presupuesto libre.

Tras los cuatro long plays, en 1979 recibe el encargo de Ariola para realizar un disco de música moderna de ambiente galáctico con presupuesto libre y Josep recrea un mundo particular al que se llamará Oliver’s Planet. Con la ayuda de Kitflus crea las bases del sonido de todo el disco, con una amiga inglesa las letras y con las coristas de Camilo Sexto las voces. Grabado en los estudios de Belter el resultado es espectacular. Con el trabajo a los teclados de Llobell y los arreglos posteriores los temas de Enterprise y de Oliver’s Planet alcanzan una nueva dimensión y el sonido disco adquiere tintes de serie zeta, humedo callejón, de escenarios de pub entre el humo y las luces caleidoscópicas de una discoteca de finales de los años 70, donde predominan los breaks de batería, la guitarra wah-wah y el teclado juguetón que más tarde dará lugar al Eurodisco, que recorrerá todos los templos europeos de baile en la primera mitad de los años 80, mezcla de sonido disco y funky cósmico.

La colaboración de Josep Llobell y Ariola tendrá continuidad el siguiente año con el encargo de un disco para promocionar a artistas del sello, especialmente Camilo Sexto, y que toma el nombre de la editora musical de Ariola. La Orquesta Arabella esconde un trabajo absoluto en arreglos y producción por parte de Josep, que también grabó las bases, los teclados y las cuerdas. Un disco magnífico que incluso fue editado en algunos países hispanoamericanos, muy buscado por los coleccionistas del género.

Josep ha sido inagotable, durante muchos años ha influido en la carrera de solistas y grupos, modernizando su sonido. Manolo Escobar, Peret, Junco, arreglos y producciones para Marfil, Bachelli, Ana Reverte, incluso grandes de la movida y el rock como Burning o el Ultimo de la Fila. Estaríamos hablando sin parar de cualquier género musical, como el infantil, grupos tan unidos a nuestros recuerdos como Parchís o Regaliz beben del sonido Llobell, el grupo Nins o niñas-cantantes como Diana o Silvia o en otro orden de cosas, el magnífico sonido de las producciones de la musa erótica Susana Estrada, recientemente rescatada para el disfrute de nuestros oídos y de algún otro sentido más… pero esa ya es otra historia…

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