El festival de cine fantástico de Syfy llega a su décimo tercera edición. En esta ocasión, la muestra ha apostado por una selección repleta de cintas de directores debutantes o novatos. Filmes de terror psicológico, gore, animación, fantasías, zombies o ciencia ficción fueron disfrutados por el fiel público del envento en una nueva ubicación, los madriñenos cines del Palacio de la Prensa, a pocos metros de la sede de ediciones anteriores (los Callao). Como de costumbre, Leticia Dolera volvió a ejercer de presentadora de la cita, así como de anfitriona de algunos de los invitados presentes.
The Invitation
(G. del V.).- La película que arrancó el festival fue The Invitation, un thriller de terror psicológico con un estilo teatral en el que toda la trama sucede dentro de una casa. Recuerda un poco a otro filme que se pudo disfrutar también en una pasada edición, Coherence, ya que todo el peso de la película se soporta en el trabajo actoral y sin apenas medios. Aunque, salvando las distancias, The Invitation no llega al nivel de Coherence, resulta entretenida y recomendable.
Villmark Asylum
(G. del V.).- Secuela del filme noruego que llamó la atención en el norte de Europa. Un equipo deberá inspeccionar el estado de un manicomio abandonado. El argumento recuerda bastante a la americana Session 9. Las mayores bazas de este filme son la atmósfera malsana y las truculentas muertes de un guión bastante predecible con personajes que, a pesar del buen trabajo de los intérpretes, no llegan a despertar ninguna simpatía. No sobresale pero cumple con el mínimo para los incondicionales del género.
The Green Inferno
(G. del V.).- Dentro de tanto director novato encontramos a Eli Roth con una de sus gamberradas. Unos activistas que quieren impedir la tala de árboles en una jungla acaban en manos de una tribu caníbal. Los protagonistas sufrirán todo tipo de barbaridades en una historia salvaje llena de gore y humor negro donde Roth no deja títere con cabeza tanto literal como metafóricamente, ya que, aparte del gore, Roth despedaza a sus personajes no sólo física sino también psicológica y espiritualmente. El que haya disfrutado de Hostel o Cabin Fever probablemente encontrará también interés en The Green Inferno.
Bone Tomahawk
(G. del V.).- El director S. Graiz Zahler es un guionista que se hartó de ver cómo muchos de los guiones que le compraban nunca llegaban a la gran pantalla. Así, decidió dirigir él mismo uno de sus guiones con Bone Tomahawk, que cuenta con actores reconocidos como Patrick Wilson, Matthew Fox o Kurt Russell, cuyo bagaje en cine de serie B y fantástico (la mayoría a las órdenes de John Carpenter) hace que este filme le venga como anillo al dedo. Russell interpreta a un sheriff que tendrá que liderar a un pequeño y dispar grupo a la caza de una tribu de indios caníbales. Rodada sin apenas medios, resulta tan entretenida como divertida, y fue sin duda una de las que más destacó en el festival.
Vulcania
(G. del V).-Esta cinta fue la representación española en el festival, y, al igual que con Bone Tomahawk, es la opera prima de un director dirigiendo a caras conocidas como José Sacristán, Silvia Abril o Aura Garrido. Vulcania es un relato futurista que, en forma de distopía, nos cuenta una historia que se repite a lo largo del tiempo: una clase privilegiada que se aprovecha de otra oprimida, creando un entorno controlado y convenciéndoles de estar trabajando para un bien común. Un filme correcto pero que no llega a enganchar.
Parasyte
(G. del V.).- De Japón llega esta adaptación de un manga de los años 80 y 90, que recientemente ha vuelto a cobrar popularidad por el anime (animación japonesa) que se hizo del mismo en el 2014. Unos parásitos se adueñan de los humanos cuyos cuerpos invaden, devorando sus cerebros, pero uno de ellos falla en el objetivo y se introduce en su mano. El resultado es que no le quedará más remedio que establecer una relación simbiótica con el humano si ambos quieren sobrevivir. Parasyte cuenta con impresionantes escenas de lucha, gore e interesantes reflexiones de sus personajes. Los efectos especiales resultan bastante decentes y logran introducir en la acción al espectador.
The Pipper
(G. del V.). – De Corea llega esta adaptación del popular cuento el flautista de Hamelín, pero en una versión mucho más oscura y tenebrosa. Como la mayoría de cintas asiáticas tiene un ritmo narrativo lento y se toma su tiempo para ir presentando a los personajes y el pequeño pueblo al que llega el protagonista. Destacando el uso de planos, fotografía y actores resulta un trabajo curioso como adaptación de una historia clásica.
Listening
(G. del V.).- Unos estudiantes revolucionarán la comunicación con un nuevo invento que permite leer las mentes. Toda la película es una curiosa reflexión acerca de las nuevas tecnologías, cómo se aplican en el ser humano, y el control gubernamental de las mismas. De bajo presupuesto pero con una correcta dirección cuyo único fallo reside en una fotografía monocromática que llega a cansar.
Generation Z
(G. del V.).- Los humanos han salido victoriosos de un apocalipsis zombie y ahora se utiliza a los muertos vivientes para diversión y descargar la ira en un lujoso resort. Con un aire a las películas de serie B que se estrenaban en autocines, Generation Z resulta bastante decente y hará las delicias de los incondicionales del género. También, al igual que muchas otras mencionadas en el festival, guarda una interesante meditación sobre la sociedad y naturaleza humana.
Absolutamente todo
(G. del V.).- Está claro que una película dirigida por Terry Jones (miembro de los Monty Python) y protagonizada por Simon Pegg (Arma Fatal,Zombie Party) tiene la risa asegurada. Absolutamente todo es una inteligente comedia sobre un hombre que recibe el poder de cumplir cualquiera de sus deseos. Muy recomendable.
High Rise
(G. del V.).- La historia narra la llegada de un inquilino, interpretado por Tom Hiddleston, a un enorme rascacielos donde conocerá a una variopinta comunidad, que recuerda a los años 60, con una clara jerarquía de clases y donde el intento de orden y perfección externa sólo es una fachada para encubrir el desastre que llevan todos los protagonistas por dentro. El filme resulta un experimento curioso pero fallido y acaba resultando aburrido.