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2046
Por Matías Cobo
Concebida como un homenaje a la figura de Michelangelo Antonioni, Eros es una película de 2004 compuesta por tres mediometrajes dirigidos, respectivamente, por el director italiano, Steven Soderbergh y Wong Kar Wai. De los tres trabajos, según cuentan quienes han visto el filme al completo, sólo el del director hongkonés se ciñe al ‘leit-motiv’ del encargo y ofrece arte de primera clase. Los elogios leídos en torno a esta nueva joya del inagotable orfebre Kar Wai fueron los que me llevaron a ver su último trabajo como realizador, el inmediatamente posterior a 2046. Para su próximo largo aún tendremos que aguardar, como poco, hasta 2007, y éste no será The Lady from Shanghai, como decíamos en febrero, sino My Blueberry Nights, una comedia romántica interpretada por Natalie Portman, Rachel Weisz, Jude Law, Ed Harris y Norah Jones, y con el que Kar Wai desembarca en la industria norteamericana.
Consciente de que la espera será larga, a tenor de los particulares métodos de trabajo del realizador, me he relamido con esta nueva entrega del personal, extraño y bello cine de Kar Wai. En The Hand (La Mano) —título de su pieza en Eros—, el cineasta recurre a los elementos habituales de su cine: planos esteticistas, largas elipsis temporales y músicas melancólicas para envolver a personajes solitarios condenados a historias de amor imposibles. También se remite a la época y los ambientes de sus dos obras más célebres, al Hong Kong de los años 60 en el que se contextualizan In The Mood For Love y 2046. Así, vemos a una bella Gong Li embutida en los mismos maravillosos trajes exhibidos en estas cintas y luciendo ese elaborado peinado tan propio de las elegantes mujeres de entonces.
The Hand cuenta la historia de un amor nacido de un inicial y brusco encuentro sexual entre la prostituta Hua Yibao (Gong Li) y del tímido aprendiz de sastre Xiao Zhang (Chang Chen). El aprendiz Xiao, gracias a aquel tórrido envite, vencerá su turbación a la hora de tomar medidas a las damas, pero también quedará irremediablemente enamorado de la seductora Hua. Su amor, casi colindante con la veneración, no recibe réplica a pesar de la devota dedicación con la que Xiao teje todos los vestidos de la señorita Hua. El tiempo pasará para ambos, y ella se verá en apuros por las complicaciones propias de su oficio, pero Hua nunca perderá su amor, pese a no ser correspondido, y siempre mostrará gratitud a la bella dama que un día le hizo “un regalo” difícil de olvidar.
El filme, por tanto, asume la propuesta temática de corte erótico y la rodea de los ingredientes típicos de Kar Wai. Un delicioso caramelo, esta The Hand, que saborearé junto al resto de su filmografía en espera del debut norteamericano del realizador nacido en Shanghai.