El desfile de propuestas ‘oscarizables’ encarrila su recta decisiva. La Weinstein, una productora con regular éxito en la cita, ha apostado su carta ganadora para los Oscar de este año a The Imitation Game. Tiene elementos para triunfar: un original relato épico, el buen hacer de un director con proyeccción (Morten Tyldum), un reparto solvente y una factura elegante. De momento cuenta con cinco nominaciones para los inminentes Globos de Oro y está en la mayoría de quinielas ‘preoscar’. Galardones al margen, este estreno será de lo más destacado en la cosecha cinematográfica de 2015
El filme viene a sumarse a la lista de actos de homenaje y desagravio póstumos en memoria del matemático. Y viene a reivindicar al diferente y la valía de quienes están al margen de lo convencional.
El guión de Graham Moore adapta la famosa novela Alan Turing: El Enigma, de Andrew Hodges. No se trata de un ‘biopic’ al uso, pese a contar con una doble trama para entender la personalidad de Alan Turing, brillante matemático cuyos estudios sobre computación serían el embrión de los primeros ordenadores. El filme cuenta cómo el trabajo de un grupo de criptógrafos y matemáticos liderados por Turing sirvió para descifrar el código de comunicación nazi contenido en la máquina Enigma. Una contribución clave para la victoria aliada mantenida en secreto hasta la década de los 70.
Además de la trama principal, con la puesta en marcha del equipo especial, el desarrollo de la máquina ‘Christopher’ y los lentos avances en el descifrado de mensajes, la cinta del realizador noruego se adentra también en aspectos humanos de un genio de carácter áspero y retraído que fue marginado tanto por su talento como por su condición de homosexual. En este sentido, el filme viene a sumarse a la lista de actos de homenaje y desagravio póstumos en memoria del matemático. Y viene a reivindicar al diferente y la valía de quienes están al margen de lo convencional.
Una idea presente de forma expresa en la frase reiterada por el personaje de Benedict Cumberbatch: “A veces la persona que nadie imagina capaz de nada es la que hace cosas que nadie imagina”. Se la dice a sí mismo frente a la desconfianza de quienes lo ven como un excéntrico solitario incapaz de descifrar Enigma, y se la receta a la criptoanalista Joan Clarke (Keira Knightley), última en sumarse al equipo de Bletchley Park y también puesta en entredicho para el trabajo por su condición de mujer. Entre Turing y Clarke surgió una estrecha amistad, y ambos llegaron a estar prometidos durante una temporada.
The Imitation Game ofrece entretenimiento de calidad, un reparto de gran nivel y cuidados aspectos artísticos (incluida la eficaz partitura de Alexandre Desplat). Todo muy correcto y elegante, quizá demasiado calculado, y sin riesgo, para agradar a todos en aras a convertirse en caballo ganador. Filme notable, pero pobre en lo emocional.