Tímido, amoral, de educación exquisita, frío hasta la médula y, sobre todo, obsesivamente preocupado por las apariencias. Éstos son los principales rasgos de Thomas Ripley, sociópata nacido de la pluma de la maestra de la novela policiaca y de supense Patricia Highsmith. La escritora estadounidense redactó una serie de cinco obras protagonizadas por este personaje, y el cine usó los argumentas de estas historias para filmar cuatro películas. A saber: A pleno sol (Plein soleil, 1960), El amigo americano (Der Amerikanische Freund, 1977), El talento de Mr. Ripley (The Talented Mr. Ripley, 1999) y El juego de Ripley (Ripley’s Game, 2002). Los actores que han puesto rostro a este seductor, a la par que certero asesino, se han significado por haberse labrado polifacéticas y brillantes carreras. Correlativamente, y siguiendo el anterior orden cronológico de los filmes, los intérpretes de Tom Ripley han sido: Alain Delon, Dennis Hopper, Matt Damon y John Malkovich.
Un breve repaso a cada uno de ellos en sus respectivos trabajos:
Delon, seductor en estado puro
A pleno sol (Plein soleil). Hablaré por boca de las opiniones leídas en algunos comentarios de la Red, pues es la única película que no he visto de las basadas en la figura de nuestro hombre. Al igual que la protagonizada por Damon, esta cinta se basa en el libro El talento de Mr. Ripley y está considerada un clásico del cine francés, además del trabajo que terminó por encumbrar a Alain Delon a la categoría de mito erótico. Recoge las mejores esencias de la nouvelle vague gala y narra el origen de la carrera criminal del arribista Tom Ripley. Enviado a Europa por el rico Sr. Greenleaf para buscar y traer de vuelta a su mimado y despilfarrador hijo Philip, Ripley se verá incapaz de cumplir su ardua misión ante un Philip reacio a abandonar a su prometida y a someterse a la voluntad paterna. La película la dirigió René Clement, quien también escribió el guión adaptado junto a Paul Gégauff, y contó con la música de Nino Rota, creador de la mítica partitura de El Padrino.
Hopper, un vaquero en Hamburgo
El amigo americano (Der Amerikanische Freund). En la cinta de Win Wenders, Ripley se encuentra en una etapa más madura y se ha enriquecido merced a sus trapicheos como pasante de arte y a una faceta criminal en la que aún no ha decaído su maña para el asesinato a sangre fría. La presencia de Dennis Hopper le aporta un alo psicópata al personaje de Ripley, quien ya ha perdido toda condición de empatía con sus semejantes. Solitario en su gran mansión europea, Ripley le hará pagar caro su trato descortés al enfermo terminal Jonathan Zimmermann (un gran Bruno Ganz). Sin nada que perder, y ante su irreversible muerte, Ripley involucrará arteramente a este artesano marquista en el asesinato de dos mafiosos a cambio de una generosa recompensa económica y un trato médico avanzado. El cinéfilo Wenders incluye varios ‘cameos’ de reputados directores de los diferentes estilos cinematográficos que más le han influido. La estética ‘country’ de Hooper con su sombrero vaquero contrasta con la última adaptación de Ripley basada en la misma obra que esta cinta, El juego de Ripley, en la que Malkovich es un hombre de exquisita cultura en sus ropajes y formas de expresarse.
Damon envidia a Jude Law
El talento de Mr. Ripley (The Talented Mr. Ripley). La película de Anthony Minghella destaca por una luminosa fotografía idónea para captar la costa italiana y los ambientes de lujo frecuentados por Dickie Greenleaf (Jude Law). Tom Ripley (Matt Damon), un joven con afán de ascenso rápido en la escala social, se compromete con el padre de Dickie a traer de vuelta a su hijo a los Estados Unidos. Se ganará su amistad a través del gusto de Dickie por el jazz, pero éste no está dispuesto a abandonar su disoluta vida a cuerpo de rey junto a su novia Marge Sherwood (Gwyneth Paltrow). Minghella incide en esta cinta en la ambigüedad sexual de Ripley, quien se precipitará en su carrera asesina tras un malentendido homosexual con Dickie.
Malkovich, el más culto y despiadado
El juego de Ripley (Ripley’s Game). Coproducción americo-europea, esta cinta dirigida por la italiana Liliana Cavani parte, como la de Wenders, del argumento de la novela homónima El juego de Ripley. John Malkovich encarna con soltura a un Tom Ripley maduro, sereno, enriquecido y enamorado del arte. Pese a todo, a Ripley le siguen perdiendo las habladurías sobre su persona o los insultos en relación a su trabajado ‘estatus’ social. Aunque tenga un fundado gusto por el arte, no dejan de verle como a un adinerado norteamericano caprichoso a la hora de comprar todo lo bello que se cruza a su paso. Eso sí, cuando de matar se trata, este Ripley se muestra más letal y salvaje que ningún otro. Y al contrario que el Ripley interpretado por Hopper, éste no vive tan solo en su mansión. Una bella concertista de pianoforte es la pareja que allí le suele acompañar, además de una mañosa cocinera italiana. Jonathan Trevanny, el marquista enfermo de leucemia que caerá en las redes del juego de Ripley, es interpretado sin grandes logros por Dougray Scott. El compositor Ennio Morricone firmó una partitura muy lucida para acompañar los momentos más tensos de una interesante, aunque no notable, película de género negro y estética europea.